AMDARA CONTINÚA EN LA LUCHA. ALGUNOS CASOS

El blog de AMDARA ha estado varias semanas en stand by, pero no así el grupo de personas, que a pie de calle lucha día a día, y con no pocas dificultades (materiales, económicas y humanas) por sacar esta asociación de reciente creación a delante y salvar a los no pocos animales abandonados que existen en La Puebla de Cazalla (Sevilla).
Este grupo, de no más de 6 personas en activo, ha pasado por momentos de flaqueza, pero aún así ha sacado fuerzas para seguir adelante con los pocos recursos con los que cuenta y la poca ayuda que recibe.
Os resumimos algunos de los casos que han sido solucionados en estas semanas de parada del blog que leéis. Y desde aquí os animamos de nuevo a que aportéis vuestro granito de arena en la lucha por el derecho animal.

LISA Y SUS 9 CACHORROS
En estas condiciones vimos a LISA la primera vez. Su cuello chorreaba sangre. La habían intentado ahorcar en un árbol, pero ella había conseguido burlar a la muerte y había escapado. Eso sí, llevándose alrededor del cuello el estigma de su torturador, una cuerda hendida en su garganta que le cortaba como si de un afilado cuchillo se tratase.

Es nuestro pueblo, La Puebla de Cazalla, muy aficionado a este tipo de actos aberrantes. En muchas zonas de España, lo llaman, de forma demasiado sarcástica para mi gusto, "poner al lebrel (al galgo) a escribir a máquina (o a tocar el piano)"... Prefiero saltarme, por una cuestión de educación, el comentario que me viene a la mente y seguir con la historia de LISA...

Había evitado una muerte lenta y dolorosa. Pero lo que no imaginaba era que la agonía que aún le quedaba por padecer no iba a ser ni más rápida ni menos dolorosa. Lo intentamos todo para cogerla pero el ser humano le había hecho ya demasiado daño a esta infeliz para fiarse de nosotros, así que todos nuestros esfuerzos fueron en vano. 
Pasaron cuatro largos meses de frío y fuertes tormentas y de agobiantes calores. La seguíamos hasta sus diferentes cobijos; cuando nos descubría huía y buscaba otro lugar... La perdíamos durante días poniéndonos en lo peor...., pero siempre aparecía.
Creíamos que debía estar bien alimentada porque no estaba adelgazando. ¡Qué ilusos! LISA se había quedado preñada, para más inri, y su barriga crecía por día. Vimos entonces, la oportunidad para cogerla. Aunque no nos agradó nada la idea de que llegaran más cachorros a este mundo donde los perros y gatos se multiplican sin control, que LISA tuviera perritos era la única esperanza que nos quedaba para sacarla de la calle. Tendría que buscar un lugar adecuado para parir y una vez que tuviera a los cachorros ya no le sería fácil mudarse a otro sitio. Así fue. La seguimos un día más y descubrimos su nuevo cobijo: había elegido un hueco que quedaba bajo una caseta de obra. Acudíamos todos los días para llevarle comida y agua, hasta que en una ocasión oímos chillidos de cachorros. ¡Ya había parido! No pudimos ver cuántos había porque sólo los veíamos de lejos, así que tuvimos que esperar dos sememas más hasta que empezaron a andar y se fueron acercando.


Finalmente descubrimos que había 9 cachorros. Poco a poco los fuimos cogiendo a todos. La madre no ponía resistencia. Se encontraba muy desmejorada y los pequeños muy delgados. LISA ya no tenía fuerza para seguir alimentando a los nueve. Así que cuando los tuvimos a todos, también ella salió por sí sola de su escondite.
Una vez fuera, pudimos cortarle a LISA la cuerda que aún rodeaba su cuello. Su cuerpo la había expulsado y ya no la tenía hincada. La herida estaba cerrada, pero tenía mucho tejido necrosado.
Éste fue el inicio de su nueva vida. Ahora tanto ella como sus cachorros se encuentran con BAAS GALGO, una asociación que nos ayudó también con BENI y que no dudó un momento en acogerlos a todos. Recientemente nos han comunicado que tres de los peques ya tienen adoptantes en España; el resto, junto a LISA viajarán a Bélgica, donde ya les esperan también sus nuevas familias.

MAGUI, LA LABRADORA

Ésta es MAGUI...

Y ésta de aquí también...
Y ésta...
Aquí dos primeros planos de la cara de MAGUI...
Su otro perfil... por si os gusta más de este lado...
Como podéis comprobar, por desgracia, MAGUI ya no es la graciosa y guapa labradora que sus dueños una vez tuvieron. MAGUI tiene unos 5 años, leishmania y cuando la cogimos, además, tenía sarna. Así que, ¿para qué iban a seguir cuidándola...? Los que ella consideraba sus mejores amigos la abandonaron cuando ella más los necesitaba.
Pero no importa, porque si llegó a este estado tampoco debió de estar muy cuidada, así que su abandono fue el fin de su sufrimiento.
Ahora está con Kirsten en Málaga, una animalista que la está recuperando de su sarna y que está tratando la leishmania.
MAGUI ya no recuperará nunca más su salud, pero sí su alegría y sus ganas de vivir.

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